Las propiedades de suspensión del señuelo, combinadas con su acción errática, resultan muy atractivas para las truchas que se alimentan. Al principio de la temporada, láncelo en la corriente y hágalo nadar como un pez normal, con tirones y pausas muy cortos. Más avanzada la temporada, cuando las aguas bajan, una recogida lineal lenta creará una vibración continua que estimulará los ataques y atraerá a las truchas a distancias más largas.