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Sus acciones son tan diferentes como las formas en que se anima... Nada, planea y salta por encima de la superficie.
En cuanto cruza la superficie, salta y rebota como un guijarro sobre la vegetación, el agua salpicando a ambos lados de su cabeza.
Fijando un remolque al anzuelo, se obtiene un nado ondulante. Los movimientos de la cabeza se transmiten al remolque, creando una estela muy natural...
Cuando se recoge bajo, con la punta a ras del agua, el señuelo permanece en la superficie y se retuerce.
Tras una breve pausa, el señuelo vuelve a ponerse en marcha y ofrece un espectáculo increíble.
Anzuelo: 4/0