Lances que leen la corriente y, a partir de ahí, el trabajo de la caña, la recogida, la holgura de la línea, etc. se aprovechan al máximo para guiar el señuelo hasta el punto objetivo e invitar a la trucha. Es un señuelo para disfrutar plenamente de la diversión de "atacar" el arroyo de montaña. La acción irregular y el intenso aleteo que lo acompañan tienen una presencia que supera su tamaño. Especialmente el 56F ostenta una de las potencias más atractivas entre los minnows flotantes. La distancia de vuelo y la precisión también son extraordinarias.