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El señuelo queda plano en el fondo sin desviarse (fuente de enganches) y el anzuelo siempre apunta hacia arriba para golpear con eficacia.
Los dos cables de memoria de forma retorcidos delante del anzuelo rompen literalmente la vegetación, permitiendo que el señuelo se abra paso a través de algas y ramas.
El jig se puede usar en cualquier sitio, por lo que podrá rascar en las zonas más congestionadas donde se reúnen los depredadores más incautos.
Las cinco lengüetas anilladas de la caña no dañarán el señuelo blando y lo sujetarán aún más para hacer frente a entornos hostiles.
El faldón ultramóvil (40 hebras) se presenta en una magnífica gama de colores naturales.